
Y es que tu estilo juega un papel crucial ya que será el primer punto de referencia que informe al entrevistador de quién eres cuando te presentas a una entrevista de trabajo o en el día a día. El truco consiste en conseguir encontrar un traje adecuado para la ocasión, que favorezca tu figura y que además se ajuste a tu presupuesto.

Para que no descuides ningún detalle, toma nota de los siguientes consejos elaborados por tu imagen personal, para que no sólo aproveches todo tu talento intelectual, sino que también “sumes puntos” dando la imagen adecuada para cada ocasión.
¿Cómo me visto para ir a trabajar?

Tradicionalmente, el traje como muestra de poder solía ser cosa de hombres; la chaqueta, la corbata de seda roja, los gemelos… Pero a medida que la nueva mujer empezó a formar parte del mercado laboral y a ocupar puestos de trabajo de responsabilidad, las reglas del juego han ido cambiando. Ahora el traje se ha convertido en un conjunto imprescindible en la vida diaria de las ejecutivas, que buscan dar una imagen impecable en su trabajo.
¿Cómo elegir el traje?

Para acertar con la talla, pruébate la chaqueta encima de la camisa con la que tengas pensado vestir el traje. Nunca lo pruebes encima de un jersey grueso si lo que tienes pensado es usar camisas de tela fina. Asegúrate de que el corte de la chaqueta en los hombros te permite moverse con comodidad y que te puedes sentar sin sentir que te aprieta.
¿Cómo combinarlo?

A la hora de seleccionar la camisa que vas a vestir debajo del traje, no olvides que su propósito es utilizarlo para el trabajo. La forma de vestir tiene que reflejar seriedad y ambición ante sus superiores. Las blusas ligeras y frívolas de telas muy finas están muy de moda, pero no son apropiadas para el lugar de trabajo. De igual manera, una camisa de seda queda genial debajo de un traje en el aeropuerto, pero quizá no en la oficina.
Por otro lado, una camisa tradicional de algodón dará al traje sensación de limpieza y elegancia. Asegúrate de que los botones no tiran, con el peso, de la camisa dejando ver el sujetador. Evita las prendas de vestir abultadas o de moda que no se ajustan al traje. No dejes que queden partes de su cuerpo al descubierto, esto es primordial. Demasiado escote o permitir que se vea el ombligo es inaceptable. Llévala siempre por dentro de los pantalones o la falda.
Los zapatos cumplen una función primordial en el mundo de los negocios, por eso, te recomendamos que, aunque te gastes algo más de dinero, optes por unos buenos zapatos clásicos que te resulten cómodos. Escoge la altura de tacón que más te guste y, a continuación, haz el bajo de los pantalones de forma que se ajusten perfectamente a la altura del zapato.
Los zapatos clásicos de salón también pueden ser de diseño atractivo, con gran variedad de formas y colores además de tener una suela interior acolchada que resulta muy cómoda en el trabajo. Si vas a tener que hacer muchas presentaciones, o vas a pasar la mayor parte del día de un lado para otro en la oficina, más te vale utilizar zapatos planos cómodos.
Que no falten nunca las medias, recuerda llevar un par siempre extra ya sabes como se rompen… y no hay nada peor que ver a una mujer con un par de medias rotas.
Las joyas

Está bien vestir un traje discreto con un par de toques de estilo como un reloj, una cadena de perlas o un brazalete de oro o incluso un par de aros. Pero largos collares de abalorios y aros colgantes repletos de aderezo, son propios del fin de semana o las vacaciones. Un par de aros discretos y un bonito reloj es mejor que un broche florido o grandes aros.
Para romper la monotonía y darle un poco de color a tu atuendo de la oficina, puedes utilizar pañuelos, sobre las camisas, bufandas sobre el abrigo o incluso un echarpe… así añadirás un toque de color y personalidad a tu ropa.
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